QUIERO O TENGO
La lucha constante del deber y el querer. ¿Cuánto estás dispuesto a sacrificar por lo que “tenés que hacer”?
Dos polos opuestos; sin embargo, dos caras de una misma moneda: la vida misma.
Tu mente entiende -o cree hacerlo- que lo que más importa es la pasión, aquello que moviliza tu interior y que te hace sentir un cosquilleo en el estómago. Aunque no lo creas, terminás descubriendo que más de una vez te dejaste llevar no por lo que querías hacer, sino por lo que debías. Así es que la pregunta se repite en tu cabeza, cual acertijo al cual nunca vas a encontrar la respuesta correcta. ¿Lograremos ser como Edipo y vencer el desafío de la Esfinge?
De repente, sentís que se bloquean tus pensamientos, tu cuerpo se entumece y comprendés que la clave está en uno mismo. Inmediatamente te cuestionás: CUÁL ES TU VISIÓN, CUÁLES SON TUS IDEALES Y nuevamente, CUÁL ES TU PASIÓN.
Ahora: NO QUERÉS SER COMO CUALQUIERA. No querés sentir que el tiempo pasa sin haberlo transitado. Es simple. NO PIENSES MÁS. Cerrá los ojos. Escuchá buena música y pensá en aquello que te haga esbozar una sonrisa: AHÍ ESTÁ TU RESPUESTA.
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